TDAH y concentración: guía práctica para padres
El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) es una condición del neurodesarrollo que afecta la capacidad para mantener la atención, regular la impulsividad y controlar el nivel de actividad. Los niños con TDAH suelen ser curiosos, creativos y llenos de energía, pero también pueden tener dificultades para concentrarse, seguir instrucciones o terminar una tarea sin distraerse. Esto no se debe a falta de interés ni de esfuerzo, sino a una manera diferente de procesar la información y gestionar el tiempo. Por eso, necesitan estrategias y entornos estructurados que les ayuden a aprovechar su potencial sin sentirse frustrados.
Ayudar a un niño con TDAH a mantener la atención mientras realiza los deberes puede ser todo un reto. El objetivo no es hacer las tareas por él, sino ofrecerle un entorno estructurado, predecible y afectuoso que le ayude a organizarse y a confiar en sus propias capacidades. A continuación, te ofrecemos algunas estrategias sencillas que pueden aplicarse en casa.
Paso 1: Establecer rutinas claras y predecibles
Las rutinas aportan estructura y seguridad a un día lleno de actividad. Marca horarios aproximados para los deberes, la merienda y el descanso, adaptándote con flexibilidad a los imprevistos. Utiliza calendarios visibles y coloridos para cada niño, e incorpora pausas cortas entre asignaturas para evitar la saturación. Mantener horarios regulares de sueño y actividad también ayuda al cerebro a anticipar y concentrarse mejor.
Paso 2: Dividir las tareas en pasos pequeños y manejables
Evita presentar una hoja de ejercicios completa de una sola vez. Divide las tareas en segmentos pequeños y claros. Usa listas numeradas o casillas para que el niño pueda marcar cada paso completado. Refuerza cada pequeño logro con elogios, una pausa breve o una pegatina. Aunque haya interrupciones, estos pequeños éxitos mantienen la motivación y reducen la frustración.
Paso 3: Enseñar estrategias de autoorganización
Los niños con TDAH necesitan apoyo para planificar y priorizar. Puedes ayudarlos con agendas visuales, aplicaciones sencillas o recordatorios. Trabaja con ellos para decidir qué tarea harán primero y cuánto tiempo dedicarán a cada una. Enseñarles a revisar su trabajo paso a paso, celebrando cada esfuerzo, fomenta la autonomía y refuerza la confianza.
Paso 4: Mantener una comunicación positiva y constante
Valora el esfuerzo más que el resultado. Frases como “He visto que has hecho tres ejercicios sin distraerte” tienen más impacto que un simple “muy bien”. Haz preguntas que orienten, no que juzguen: “¿Qué parte te resultó más fácil?” o “¿Qué podríamos probar diferente la próxima vez?”. Evita comparar a hermanos o compañeros: cada niño tiene su propio ritmo, y cada logro merece reconocimiento.
Paso 5: Integrar pausas estratégicas
Permite pequeñas pausas activas: saltar, estirarse o dar un paseo corto. Ajusta la duración según la edad y el nivel de energía. Usa temporizadores o señales visuales para que el niño sepa cuándo empieza y termina la pausa, ayudándole a desconectarse sin perder el foco en la tarea.
Paso 6: Fomentar la colaboración entre familia y colegio
Mantén una comunicación fluida con los profesores para conocer los progresos, las dificultades y las estrategias que mejor funcionan en el aula. Comparte los logros y las expectativas para mantener la coherencia entre casa y colegio. Si la carga escolar resulta demasiado grande, no dudes en pedir apoyo externo, como tutores, psicopedagogos o grupos de padres.
Conclusión
Apoyar a un niño con TDAH no significa hacer las cosas por él, sino estar presente de forma constante, estructurada y afectuosa. Adaptar el entorno familiar, dividir las tareas, enseñar técnicas de organización y celebrar los pequeños logros ayuda a mantener la motivación y la autoestima. Con paciencia, estrategias claras y una buena colaboración entre padres, colegio y profesionales, la frustración y el caos pueden transformarse en aprendizaje, confianza y conexión familiar.