“Mi hijo estudia mucho, pero saca bajas calificaciones: ¿tiene TDAH?”

Muchos padres se preocupan al ver que sus hijos dedican horas al estudio y, aun así, no consiguen reflejar ese esfuerzo en las notas. Durante los exámenes, algunos se bloquean, olvidan lo que sabían o se distraen con facilidad. Es entonces cuando surgen las dudas: ¿tendrá TDAH? ¿o simplemente no se esfuerza lo suficiente?

La realidad es que hay muchas razones posibles, y no siempre se trata de un trastorno de atención.

1. Posibles causas de bajo rendimiento

💡 Estrategias de estudio poco eficaces:
Estudiar mucho no siempre significa aprender bien. Algunos niños repasan de forma pasiva —leyendo o copiando sin pensar—, lo que dificulta que la información se consolide. Es más efectivo escribir para recordar, hacer resúmenes con palabras clave, explicar la materia con sus propias palabras, activar conocimientos previos y establecer relaciones entre conceptos. Además, las imágenes y esquemas suelen ser más fáciles de recordar que solo palabras.

⏱️ Falta de práctica con el formato del examen:
Saber la teoría no garantiza saber aplicarla. Practicar con ejercicios cronometrados y preguntas tipo examen ayuda a gestionar el tiempo, reducir los bloqueos y mejorar la recuperación de información.

⚡ Dificultades de atención o TDAH:
Algunos niños presentan verdaderas dificultades para concentrarse, olvidan instrucciones o tardan mucho en empezar las tareas. Pero para hablar de TDAH, estos síntomas deben ser persistentes y aparecer en distintos contextos (en casa, en el colegio, con amigos) e interferir de forma significativa en su día a día.

😴 Fatiga o exceso de carga:
Estudiar demasiadas horas seguidas, dormir poco o saltarse comidas afecta directamente a la atención y la memoria. A veces, el problema no está en el esfuerzo, sino en el agotamiento.

2. Diferencias clave: quedarse en blanco vs. TDAH

Cuando un niño se queda en blanco durante un examen, suele tratarse de una reacción puntual ante la presión o el estrés. En estos casos, el bloqueo ocurre solo en situaciones concretas, como una prueba o exposición oral. Normalmente, el niño sí logra concentrarse mientras estudia, pero en el momento del examen no consigue recuperar la información aprendida, a pesar de que realmente la sabe. No suele presentar impulsividad ni hiperactividad, y fuera de esas situaciones su comportamiento es estable.

En cambio, en el caso del TDAH de tipo inatento, las dificultades se observan en distintos contextos: en casa, en el colegio y en actividades cotidianas. El niño tiene problemas para mantener la atención incluso cuando está motivado, olvida con frecuencia lo que debía hacer, pierde materiales y le cuesta organizarse. Además, puede mostrar cierta impulsividad o desorganización constante, no solo durante los exámenes.

3. Estrategias prácticas para mejorar el rendimiento

🎯 Técnicas activas de estudio

  • Escribir para recordar.

  • Explicar lo aprendido a otra persona.

  • Crear esquemas o dibujos con los conceptos clave.

  • Relacionar la información nueva con algo que ya se sabe.

🧠 Simulaciones de examen
Practicar con temporizador (por ejemplo, 5 minutos de trabajo y 5 de descanso) ayuda a gestionar la concentración y evitar el cansancio mental.

🎵 Crear un ambiente adecuado
Música relajante, un entorno ordenado y materiales listos antes de empezar favorecen el enfoque.

🔄 Organización y planificación
Alternar materias, incluir descansos breves y marcar los tiempos de trabajo con un reloj o alarma visual mejora la atención y la motivación.

💬 Escuchar activamente
Cuando el niño se detiene o se distrae para contar algo, a veces no es falta de atención: es que la actividad le ha evocado un recuerdo. Escucharle y conectar esa idea con la tarea refuerza su comprensión y su sensación de ser escuchado.

💪 Responsabilidad y autoestima
Darles pequeñas responsabilidades (ayudar con algo, cuidar un material, preparar su mochila) les hace sentir útiles y capaces. Los niños con dificultades atencionales suelen recibir muchas correcciones, lo que puede desmotivarlos. En cambio, cuando se les permite participar y contribuir, se empoderan y canalizan su energía positivamente.

🎨 Fomentar la creatividad
Muchos niños con perfiles atencionales son altamente creativos e inteligentes. A menudo necesitan encontrar lo que realmente les apasiona —dibujar, tocar un instrumento, construir— para mantener la concentración y disfrutar del aprendizaje.

4. Cuándo pedir ayuda profesional

Si las dificultades se mantienen a lo largo del tiempo y en distintos contextos, o si interfieren en la vida diaria, conviene solicitar una evaluación psicopedagógica o psicológica. Un diagnóstico adecuado permite diseñar estrategias específicas y acompañar al niño sin etiquetarlo.

Conclusión

Que un niño estudie mucho y saque malas notas no significa necesariamente que tenga TDAH. En muchos casos, el problema está en cómo estudia, no en cuánto estudia. Ayudarle a aprender de forma activa, escucharle con atención, ofrecerle responsabilidades y cuidar su descanso puede marcar una gran diferencia. Y si aún surgen dudas, una valoración profesional siempre es la mejor guía.

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TDAH y concentración: guía práctica para padres